Está en las galletas, en el jabón, en la sopa, en el detergente que utilizas para lavar la ropa, en los cereales, en el champú, en los frutos secos, en la comida para tu bebé, en los helados, en el biodiesel. Está en más del 50% de todos los productos que adquieres en el supermercado y en casi todos los alimentos procesados. Está en todas partes y quizá ni siquiera sabías que existía, porque no siempre aparece claramente su uso en los ingredientes.
Posee compuestos potencialmente genotóxicos y carcinogénicos, relacionados con toxicidad renal, infertilidad y disminución de la actividad del sistema inmunológico.
Su cultivo indiscriminado está provocando la desaparición de las selvas de Borneo y Sumatra, a las que ya se están sumando las de África yAmérica. Miles de orangutanes y otras especies en peligro de extinción mueren al desaparecer su hogar. Contribuye al cambio climático. Las poblaciones locales pierden su modo de vida tradicional con la excusa de un imaginario progreso que trae consigo malnutrición, epidemias, hambrunas y violaciones de los derechos humanos.
Es el aceite de palma.